El concepto de trabajo
desde la perspectiva de género
Desde la perspectiva de género, las realidades
socio-laborales de hombres y mujeres están constituidas por el conjunto de
actividades orientadas a la generación de ingreso y a la reproducción de la familia.
El concepto de trabajo abarca tanto las actividades generadoras de ingreso como
aquellas desarrolladas en el ámbito de los hogares y de las comunidades que,
pese a no generar un ingreso, son igualmente importantes para la reproducción de
las personas, las familias y la sociedad en general.1
El posicionamiento de las actividades no
remuneradas (dentro de hogares o en redes sociales) al mismo nivel conceptual
del trabajo remunerado es central para comprender las oportunidades concretas
de hombres y mujeres para asegurar su reproducción y mejorar las condiciones de
vida, tanto propias como de sus familias.
Debido a las relaciones de género actualmente
vigentes en la sociedad boliviana, las cuales asignan a las mujeres la
responsabilidad del cuidado en el seno de las familias y de las comunidades,
las modalidades de inserción laboral de las mujeres dependen de las
alternativas de conciliación de las actividades de cuidado, las cuales se
estructuran a partir de la distribución del trabajo de cuidado al interior de
las familias y de la existencia y accesibilidad de servicios públicos
(estatales y no estatales) y privados de atención a niños y ancianos
(Wanderley, 2003).
La comprensión de que las condiciones de
inserción ocupacional de las mujeres depende, en gran medida, de la
distribución de las responsabilidades del cuidado al interior de la familia y,
entre el Estado, el mercado y la familia, ha consolidado la demanda de
inclusión de la economía del cuidado en la agenda pública como tema central
para la promoción de la equidad de género en las relaciones laborales.
La agenda de la economía del cuidado como bien
público es amplia e incorpora (i) la visibilización y valorización de las
actividades de cuidado al interior de los hogares; (ii) la promoción de la
división de responsabilidades entre hombres y mujeres con responsabilidades
familiares; (iii) la oferta de servicios públicos o subvencionados de
guarderías y alternativas para el cuidado de los niños menores a seis años y
adultos mayores para hombres y mujeres con responsabilidades familiares; (iv)
políticas de recursos humanos en las empresas y en el sector público
facilitadoras de la conciliación entre las responsabilidades familiares y
laborales de los(as) trabajadores(as).
1 Una amplia literatura feminista y de estudios
de género está dedicada a esta temática. Algunas
referencias recientes sobre esta discusión son
Gutiérrez (2007) y Marco Navarro (2008)..
EL TRABAJO DESDE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO
ANÁLISIS
Desde
el punto de vista del género, la realidad socio-laboral de hombres y mujeres
constituyen el conjunto de actividades unas orientadas a actividades
retribuidas monetariamente y la otra a la reproducción de la familia.
Al
interior de los hogares o en redes sociales (comunidades) la posición de las
actividades no remuneradas, es crucial
para comprender oportunidades entre hombres y mujeres para mejorar las
condiciones de vida a nivel personal como de familia.
Las
relaciones de género vigentes en la sociedad boliviana, asignan a las mujeres
la responsabilidad del cuidado de las familias
y de las comunidades. La inserción laboral de las mujeres depende de
alternativas de conciliación de las actividades de cuidado al interior de las
familias y de la existencia y accesibilidad de servicios públicos y privados de
atención a niños y ancianos.
Las
condiciones de inserción ocupacional de las mujeres depende, de la distribución
de las responsabilidades del cuidado al interior de la familia y, entre el
Estado, (creación de centros de cuidado y educación de niños menores a 5 años y
de centros de asistencia en salud y de capacidades para ancianos/as) el mercado
y la familia, ha consolidado la demanda de inclusión de la economía del cuidado
en la agenda pública como tema central para la promoción de la equidad de
género en las relaciones laborales.
Para
encarar las necesidades de mujeres que son víctimas del empoderamiento
económico, las mujeres deben ser conscientes de tener claridad para demandar
sus derechos e implementar la legislación, los hombres deben apoyar el cambio
cultural en la sociedad.
Reducir
las brechas entre las aspiraciones, los logros y la realidad que se está
viviendo, cuando existe violencia contra las mujeres, con fuentes de empleo
vulnerables y la carga laboral no remunerada, mujeres que no tienen acceso
equitativo a la educación, salud,
alimentación, etc.
Poner
en práctica la agenda de la economía del cuidado como bien público e incorporar
(i) la visibilización y valorización de las actividades de cuidado al interior
de los hogares; (ii) la promoción de la división de responsabilidades entre
hombres y mujeres con responsabilidades familiares; (iii) la oferta de
servicios públicos o subvencionados de guarderías y alternativas para el cuidado
de los niños menores a seis años y adultos mayores para hombres y mujeres con
responsabilidades familiares; (iv) políticas de recursos humanos en las
empresas y en el sector público facilitadoras de la conciliación entre las
responsabilidades familiares y laborales de los(as) trabajadores(as).
Wanderley.F.(2008). Umbrales 18 Revista del
Postgrado en Ciencias del Desarrollo. cides@entelnet.bo
http://www.cides.edu.bo\ pag. 147_148